México impone nuevos aranceles a Shein y Temu: protección textil o pérdida de libertades

El Gobierno de México ha dado un giro significativo en su política comercial al anunciar la imposición de un nuevo arancel del 35% sobre las importaciones de textiles y productos terminados. Esta medida, que impactará a gigantes del comercio electrónico como Shein, Temu y AliExpress, busca fortalecer la industria textil nacional y salvaguardar más de 400 mil empleos relacionados con este sector estratégico.

El anuncio fue realizado el pasado jueves 19 de diciembre en una conferencia de prensa encabezada por Claudia Sheinbaum y el Secretario de Economía, Marcelo Ebrard, quienes firmaron un decreto que estará en vigor hasta el 22 de abril de 2026. Según Sheinbaum, el objetivo es generar “condiciones más justas” para las empresas mexicanas que han enfrentado una competencia desleal debido a las bajas tasas impositivas de productos importados.

Una de las disposiciones clave del decreto incluye restricciones a las importaciones temporales bajo el esquema INMEX. Este cambio exige que los productos importados sean exportados en su totalidad, evitando que estas mercancías ingresen al mercado nacional sin cumplir con los aranceles correspondientes. Marcelo Ebrard señaló que estas acciones son “necesarias para proteger a una de las industrias más relevantes para la economía mexicana”.

Aunque la decisión ha sido bien recibida por la industria textil, su implementación traerá consecuencias inmediatas para los consumidores y las empresas internacionales. Plataformas como Shein y Temu, que han conquistado el mercado mexicano gracias a sus bajos precios y atractivas ofertas, verán limitado su modelo de negocio. Esto podría traducirse en un incremento de precios que afectaría a los usuarios acostumbrados a estas alternativas accesibles.

Sin embargo, no todos los países se verán afectados por esta medida. Las naciones con las que México tiene tratados de libre comercio, como Estados Unidos y Canadá, estarán exentas del arancel, asegurando que las relaciones comerciales internacionales no sufran alteraciones. Este punto ha sido destacado por el gobierno como una muestra de que el decreto respeta los acuerdos existentes.

A pesar del optimismo de la industria textil mexicana, que ve en este cambio una oportunidad para recuperar terreno perdido frente a las importaciones baratas, no han faltado las críticas. Analistas han expresado inquietud por el impacto en los consumidores que dependen de estas plataformas digitales para acceder a precios competitivos. Además, algunos cuestionan si estas medidas podrían sofocar el dinamismo del comercio electrónico en el país.

El gobierno ha fijado un plazo hasta 2026 para evaluar los efectos de estos nuevos impuestos y realizar ajustes si es necesario. Mientras tanto, asegura que la medida no solo impulsará el desarrollo de la industria nacional, sino que también reducirá prácticas de competencia desleal que han afectado al sector textil por años. En un contexto global donde el comercio digital sigue expandiéndose, México opta por priorizar la protección del empleo local y el fortalecimiento de su mercado interno, marcando un punto de inflexión en su estrategia económica.