Tragedia en un volcán: el video que revela los primeros intentos de rescate tras la caída de la turista brasileña
Una excursión que comenzó como una aventura terminó en tragedia para Juliana Marins, una joven brasileña de 26 años, quien falleció mientras realizaba senderismo en el monte Rinjani, uno de los volcanes más altos y visitados de Indonesia. La noticia ha conmovido tanto a su país natal como a la comunidad internacional, y en las últimas horas se difundió un video que muestra los primeros momentos tras su desaparición, generando aún más interrogantes sobre el manejo del caso.
La grabación fue realizada por el guía local que acompañaba a Juliana en su recorrido, y muestra la linterna encendida que llevaba en su casco, única señal visible tras su caída de aproximadamente 300 metros por un acantilado. En el video, se escucha al guía expresar con asombro: “Se cayó de un acantilado”. Estas imágenes son parte del material que ahora la familia de la joven utiliza para exigir explicaciones y responsabilidades.
Juliana había manifestado sentirse agotada minutos antes del accidente. Según el testimonio de su padre, Manoel Marins, el guía le sugirió que descansara y se alejó “unos minutos” para fumar, dejándola sola en una zona montañosa de difícil acceso. Sin embargo, el padre asegura que ese tiempo fue mucho más extenso: “Él mismo reconoció que se fue durante al menos 40 o 50 minutos, y cuando volvió, Juliana ya no estaba donde la dejó”.
El accidente ocurrió poco después de las 4 de la mañana, pero no fue hasta las 6:08 que el guía grabó el video del lugar y notificó a su jefe. A partir de ese momento, comenzó una lenta cadena de reacciones. La brigada de rescate local recién inició el ascenso a las 8:30 y no llegó al punto del accidente hasta pasadas las 2 de la tarde. El padre de la joven denunció que los rescatistas solo contaban con una cuerda, sin el equipamiento necesario para una emergencia de esa magnitud.
El caso despertó indignación no solo por el trágico desenlace, sino también por la aparente falta de protocolo y preparación del equipo responsable de la excursión. La Defensa Civil de Indonesia (Basarnas) fue alertada recién por la tarde y, de acuerdo a los testimonios de la familia, su intervención ocurrió varias horas más tarde, cerca de las 7 de la noche. “Fue una cadena de errores”, lamentó Estela Marins, madre de Juliana, quien sostuvo que hubo una clara negligencia por parte de los responsables del tour, del guía y del coordinador del parque nacional, a quien señaló como principal responsable por no actuar con mayor rapidez.
Días más tarde, se confirmó el resultado de la autopsia realizada al cuerpo de la joven. El informe forense reveló que Juliana falleció como consecuencia de un traumatismo severo, el cual le provocó fracturas en el tórax, columna, hombro y piernas, además de importantes hemorragias internas. La especialista Ida Bagus Alit, a cargo de los estudios, aclaró que no hubo signos de hipotermia, lo que indica que la muerte se habría producido poco después del accidente.
La familia, aún en medio del dolor, busca respuestas y justicia. Afirman que el recorrido fue presentado como un sendero fácil de transitar, cuando en realidad implicaba riesgos importantes. También critican que no se haya informado debidamente sobre los peligros del terreno ni se haya contado con equipos de seguridad adecuados para reaccionar ante una emergencia.
El caso de Juliana Marins ha desatado un debate sobre la regulación de los tours turísticos en zonas de alta montaña, especialmente en países donde el turismo de aventura ha crecido sin un marco de control estricto. Mientras tanto, sus seres queridos esperan que su historia sirva para que se tomen medidas concretas y evitar que otra tragedia similar vuelva a ocurrir.