Tragedia aérea: mueren dos reconocidos cineastas y crece la indignación por la inseguridad en la región

Brasil vuelve a estar de luto tras un accidente aéreo que dejó como saldo cuatro víctimas fatales en el municipio de Aquidauana, estado de Mato Grosso do Sul. La tragedia ocurrió la noche del martes cuando una avioneta que intentaba aterrizar en una hacienda turística perdió el control y terminó estrellándose. Entre los fallecidos se encontraban los cineastas brasileños Luiz Fernando Feres y Rubens Crispim Jr., el arquitecto chino Yu Kongjian y el piloto Marcelo Pereira.

El impacto de la noticia fue inmediato. No solo por el peso de los nombres de las víctimas, sino también porque todos estaban involucrados en la producción de un documental sobre el Pantanal, considerado el ecosistema tropical más grande del planeta y un tesoro de biodiversidad único en el mundo. Su trabajo buscaba mostrar la riqueza natural de la región y generar conciencia sobre la necesidad de protegerla.

El accidente se registró alrededor de las 20:10 horas, cuando el Cuerpo de Bomberos Militares recibió el llamado de emergencia. Debido a lo remoto de la zona, la operación de rescate se extendió por casi nueve horas. El avión se dirigía hacia la hacienda Barra Mansa, reconocida internacionalmente por su vínculo con el turismo ecológico y por haber sido escenario de la célebre telenovela “Pantanal” de TV Globo.

Entre las víctimas destacó la figura de Luiz Fernando Feres, un director con experiencia en documentales de alcance internacional. Su carrera incluía la serie sobre la tragedia aérea del Chapecoense, nominada a un Emmy Internacional, además de la producción “Todo es un proyecto” sobre el arquitecto Paulo Mendes da Rocha, premiada en el Festival de Cine de São Paulo en 2017. También dirigió la serie “Ganar o ganar”, centrada en el club Al Nassr FC, donde actualmente juega Cristiano Ronaldo, y documentales sobre destacados artistas y arquitectos como Álvaro Siza.

Otro de los fallecidos, Rubens Crispim Jr., era un reconocido documentalista, director de fotografía y productor independiente. Formado en la Universidad de São Paulo, su trayectoria se distinguió por la versatilidad y la innovación. Fue fundador de la productora Poseídos, desde la que desarrolló proyectos para cadenas como Discovery Channel, National Geographic, TV Globo y TV Cultura. Su película “Segue o Baile Bixiga 70” fue exhibida en festivales como IN-Edit Brasil y el Mimo Festival, y más tarde llegó a plataformas como Amazon Prime y Canal Brasil. Además, se desempeñó como coordinador del área audiovisual de la organización Amigos da Arte, responsable de miles de actividades culturales en São Paulo, y en los últimos años produjo contenidos documentales para la Pinacoteca de São Paulo.

El arquitecto Yu Kongjian, otra de las víctimas, era considerado un referente mundial en planificación urbana. Creador del concepto de las “ciudades esponja”, su trabajo fue fundamental en la búsqueda de soluciones sostenibles frente al cambio climático y al manejo de inundaciones en entornos urbanos. Su participación en el proyecto documental aportaba una mirada interdisciplinaria y global al valor del Pantanal.

El piloto Marcelo Pereira, con años de experiencia, completaba la tripulación de la aeronave que no logró llegar a destino.

Hasta el momento, las autoridades no han determinado las causas del accidente. El caso quedó en manos de la Policía Federal de Brasil, la Agencia Nacional de Aviación Civil (ANAC) y el Centro de Investigación y Prevención de Accidentes Aeronáuticos (CENIPA). Se barajan hipótesis que incluyen una falla mecánica, condiciones climáticas adversas o incluso un error humano, aunque no se descarta ninguna posibilidad.

El gobierno brasileño expresó sus condolencias y destacó la relevancia de la labor que las víctimas desarrollaban en torno al Pantanal, subrayando la importancia de sus aportes culturales, científicos y ambientales.

La muerte de estos profesionales deja un vacío profundo en el mundo del cine, la arquitectura y la investigación cultural. Sus proyectos, que buscaban dar visibilidad a uno de los ecosistemas más importantes del planeta, quedaron truncos, pero su legado perdurará como un recordatorio del impacto que el arte y la ciencia pueden tener en la conciencia colectiva.