Consternación en Pergamino: piden cadena de oración por Catalina, la niña de 10 años herida en la explosión de una feria de ciencia
Las comunidades de Rancagua y Pergamino atraviesan momentos de profunda angustia y unión solidaria tras el grave accidente ocurrido durante una feria de ciencias en el Instituto Comercial Rancagua. En medio del dolor y la conmoción, familiares, docentes y vecinos iniciaron una cadena de oración por la salud de Catalina, una niña de 10 años que continúa internada en estado reservado luego de sufrir heridas severas en el trágico episodio.

Actualmente, la menor se encuentra en la Unidad de Terapia Intensiva Pediátrica del Hospital Garrahan, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Según confirmaron fuentes médicas, su estado es delicado, y se mantiene bajo monitoreo constante del equipo de profesionales, que evalúa con especial atención su evolución neurológica y general. Los padres de la niña permanecen junto a ella, acompañados por psicólogos y asistentes sociales del hospital, mientras la comunidad aguarda con esperanza novedades alentadoras.
El accidente se produjo el jueves pasado, durante una demostración científica que buscaba recrear la erupción de un volcán, un experimento habitual en ferias escolares. Sin embargo, algo salió mal: una mezcla de sustancias químicas provocó una explosión inesperada que sorprendió a los presentes. Testigos aseguran que todo ocurrió en cuestión de segundos, sin tiempo para reaccionar.
Las autoridades informaron que el estallido generó una onda expansiva que alcanzó a varios espectadores, entre ellos a Catalina, quien se encontraba junto a familiares observando la exhibición. La explosión causó múltiples lesiones a alumnos y docentes, y dejó un total de 17 personas heridas, entre ellas una maestra de 45 años que sufrió la pérdida de un ojo.
La gravedad del episodio motivó un gran despliegue de ambulancias, bomberos y personal sanitario, que acudieron rápidamente al establecimiento para asistir a las víctimas. Varios de los heridos fueron trasladados al Hospital San José de Pergamino, mientras que los casos más graves fueron derivados a centros de mayor complejidad, como el Hospital San Felipe de San Nicolás y el Hospital Garrahan.
Vecinos del lugar, profundamente afectados por lo sucedido, relataron los minutos de desesperación que se vivieron tras la explosión. “Fue un ruido ensordecedor, todos comenzaron a correr y no sabíamos qué había pasado. Había niños llorando y padres tratando de ayudarlos”, expresó una madre que presenció la tragedia.
Mientras la Justicia investiga las causas del incidente, se supo que la fiscalía local inició actuaciones de oficio para determinar qué falló en el experimento y si existió negligencia en las medidas de seguridad. Peritos especializados ya tomaron muestras de los materiales utilizados para reproducir la erupción y buscan establecer si hubo una combinación inadecuada de componentes químicos.

La noticia del accidente generó una fuerte repercusión en redes sociales. Miles de usuarios se sumaron a la cadena de oración por Catalina, dejando mensajes de apoyo bajo el lema “Fuerza, Cata”. En Rancagua, su escuela primaria organizó una vigilia simbólica, encendiendo velas en la puerta del edificio en señal de esperanza.
En tanto, el intendente de Pergamino expresó su solidaridad con las familias afectadas y destacó la rápida actuación de los equipos de emergencia. “Acompañamos con profundo dolor este momento y ponemos todos los recursos municipales a disposición de las víctimas y sus seres queridos”, manifestó en un comunicado oficial.
Mientras la comunidad se aferra a la fe y al acompañamiento colectivo, el caso de Catalina se ha convertido en símbolo de unidad y empatía. Médicos y allegados confían en su fortaleza y en la atención especializada que recibe en el Garrahan. La esperanza permanece intacta, y cada oración se convierte en un gesto de amor para la pequeña que lucha por salir adelante.
Catalina sigue batallando, rodeada de afecto, mientras su historia moviliza a todo un país que hoy pide por su recuperación y por justicia ante un hecho que no debería haber ocurrido.