Microchip en perros: todo lo que debes saber

Muchos dueños de mascotas optan por colocarle un microchip al perro desde temprana edad para así reconocerlos legalmente como parte de su familia. Este dispositivo es sumamente pequeño (más pequeño incluso que un grano de arroz) y va insertado en el lateral izquierdo del cuello del can. De esta manera, un veterinario puede utilizar un escánear para recorrer la piel del perro hasta descubrir si cuenta con uno de éstos dispositivos, lo que determinará si es un perro callejero o si en efecto, se ha perdido.

Busca una chapa identificativa que podría estar en el collar del perro

En el caso de que te encuentres a un perro en la calle, es probable que éste se haya extraviado. Si cuenta con una collar, entonces deberás verificar si tiene una chapa, ya que es allí donde está alojada la información de contacto de sus tutores. También es posible que la chapa indique que el perro tenga un microchip.

Siente el microchip debajo de la piel

El chip está revestido con una capa de metracrilato, el cual como mencionamos anteriormente, tiene un tamaño comparable con un grano de arroz. Éste suele ubicarse en la piel del cuello del can -entre los omóplatos-, así que es allí donde deberías sentirlo. Si no lo encuentras, entonces es posible que se haya movido con el tiempo, así que deberás tocar suavemente su cabeza y parte del hombro.

Acude al veterinario más cercano

Siempre es bueno acudir al veterinario para asegurarse, en caso de que no lo logres palpar la existencia de algún microchip. Éstos especialistas tienen lectores especializados para reconocer y leer los datos. Un aspecto a considerar es que los veterinarios realizan esta consulta de forma gratuita, así que no te dejes engañar. En última instancia, es válido también avisar a la policía, para que ellos sean los encargados de verificar si el perro cuenta con un chip para localizar a su propietario.