Convivencia entre perros y gatos: pautas para que se lleven bien
A la hora de adoptar una nueva mascota, suelen haber preferencias entre los perros y gatos. Muchos prefieren a los canes, por cuanto son sumamente afectivos y fieles; mientras que otros se decantan por los tiernos mininos que, son un poco más independientes y de pronto no requieren tantos cuidados ni atenciones.
También está el caso de las personas que no se conforman con tener alguno de éstos, ya sea porque adoran ambos animales. La cuestión está en que una vez se tiene alguno de éstos en casa, la llegada de una nueva mascota podría ocasionar celos del otro, entonces… ¿cómo hacer para que la convivencia entre éstos sea armoniosa y no terminen peleándose entre sí? Lo primero es tener mucha paciencia durante este proceso. ‘Business Insider’ ha hablado con Soshi Parks, una experta con el adiestramiento canino que compartirá algunas pautas a tener en cuenta antes, durante y después de traer a una nueva mascota al hogar.
Si ambos se huelen y todo sale bien, recompénsales con un premio para que interpreten que eso es bueno
«Es natural que un perro esté extremadamente interesado en un gato que se mueve rápido y huele distinto«, manifiesta la experta. «Las presentaciones graduales junto con la desensibilización y el adiestramiento de los animales pueden marcar la diferencia entre el caos y la armonía en un hogar en el que hay perros y gatos«. Durante este proceso (cuatro fases) se debe tener en cuenta que de acuerdo a la edad y el comportamiento del perro, estas pueden tomar un poco más de tiempo.
Deja que se huelan, más no que se vean
Es evidente que ambas mascotas tienen el sentido olfativo desarrollado. En tanto, la mejor recomendación desde un primer momento es separar a los animales visualmente y dejar que se huelan para que comprendan que a partir de ese momento, no serán únicos en la casa.
Llegan las presentaciones
Una vez que los dos animales se conozcan olfativamente, ha llegado el momento de presentarlos, sin embargo, esta acción se debe hacer con mucho cuidado y de la forma más segura posible, para evitar confrontaciones entre ambos animales. En este caso, lo mejor será tener el control del perro para cuando llegue el momento de liberar al gato y lo vea. Todo dependerá de cómo reaccionen ambos.
Si notas que todo está bien, entonces no dudes en recompensar al perro por su buen comportamiento, así entenderá que está haciendo lo correcto. Si por el contrario se altera y comienza a corretear por la casa, intenta tranquilizarlo y de igual forma, recompénsalo con algo.Puedes pedir asistencia por parte de otro familiar presente, de manera que cada uno se ocupe de un animal y pueda jugar o desestresarse. Siempre es bueno darle premios a ambos, para que así asocien de forma positiva que al ver al otro animal, no haya ningún problema en aceptarse y conocerse.
Que se hagan amigos y convivan
Por último solo quedará juntarlos. La primera vez costará un poco, así que para prevenir, suelta al gato e intenta tener al perro con su correa. No olvides tener a la mano una bolsa con sus respectivas recompensas; intenta animar al gato para que se acerque al perro. Si ves que el perro se pone nervioso, intenta tranquilizarlo y juega con él para que libere toda la energía.Luego llegará el momento en que ambos se acostumbren a estar cerca y no habrá necesidad de tener control sobre éstos. Sin embargo, debes estar supervisándolos de vez en cuando.