Dinamarca, uno de los mejores países para vivir en 2025 por su calidad de vida y bienestar social

En un contexto global marcado por el estrés laboral, la incertidumbre económica y la búsqueda constante de un mejor equilibrio personal, Dinamarca vuelve a posicionarse como uno de los mejores países del mundo para vivir en 2025. El país escandinavo se ha convertido en un referente internacional gracias a un modelo que prioriza el bienestar, la igualdad social y una relación saludable entre la vida personal y el trabajo, un aspecto cada vez más valorado tanto por locales como por quienes deciden mudarse desde el extranjero.

De acuerdo con los resultados más recientes de la encuesta Expat Insider de Inter Nations, una comunidad global que reúne a personas que viven fuera de su país de origen, los migrantes en Dinamarca se encuentran entre los más satisfechos del mundo con su experiencia laboral. El estudio se basa en las respuestas de más de 12.500 expatriados, quienes evaluaron distintos aspectos de su vida en el extranjero, especialmente vinculados al empleo, la estabilidad y la calidad de vida.

Los resultados colocan a Dinamarca en el primer lugar en cuanto a satisfacción laboral, oportunidades profesionales y equilibrio entre trabajo y ocio. La encuesta analiza cuatro grandes categorías relacionadas con el ámbito profesional, que incluyen las perspectivas de carrera, el salario, la seguridad laboral, la cultura de trabajo y el nivel general de satisfacción con el empleo. En dos de estos grupos clave, cultura laboral y equilibrio entre trabajo y vida personal, Dinamarca lidera el ranking mundial.

Uno de los datos más destacados es que aproximadamente el 84% de los expatriados que viven en el país afirma estar conforme con su equilibrio entre la vida laboral y personal, una cifra muy superior al promedio mundial del 60%. Además, un porcentaje similar se declara satisfecho con la cantidad de horas que trabaja. En promedio, la jornada laboral en Dinamarca es de 39,2 horas semanales, frente a las 42,5 horas que se registran a nivel global. Esta diferencia se traduce en más tiempo libre, menos estrés y una mejor calidad de vida.

Más allá del ámbito laboral, Dinamarca también destaca por su sólido sistema de bienestar social. El país es ampliamente reconocido por su atención sanitaria universal, financiada a través de impuestos. Aunque la carga impositiva es elevada en comparación con otros países, los ciudadanos y residentes reciben a cambio una amplia gama de servicios públicos de alta calidad, lo que reduce significativamente los gastos personales en salud, educación y asistencia social.

La educación gratuita, el apoyo financiero para estudiantes de la Unión Europea, las licencias por maternidad y paternidad, así como ciudades limpias, ordenadas y con abundantes espacios públicos bien mantenidos, forman parte del día a día en Dinamarca. A esto se suma una infraestructura pensada para el bienestar, con extensas ciclovías que fomentan el uso de la bicicleta como medio de transporte habitual.

En términos de seguridad, Dinamarca también se ubica entre los países más confiables del mundo. Los índices de criminalidad y corrupción son bajos, y existe un fuerte énfasis en la igualdad social. El país presenta una de las tasas de desigualdad más reducidas, lo que permite una distribución de ingresos más equitativa y refuerza la cohesión social. La idea de que cada persona importa, independientemente de su nivel educativo o profesión, está profundamente arraigada en la cultura danesa.

El estilo de vida danés es otro de los grandes atractivos. Predomina un ambiente relajado, con una fuerte conexión con la naturaleza. Durante los meses cálidos, es común ver a la gente disfrutando de parques, costas y puertos, mientras que en invierno las reuniones en espacios cerrados, acompañadas de bebidas calientes y un clima acogedor, forman parte de la tradición local. El enfoque ecológico, la presencia de zonas verdes y la cercanía constante al mar refuerzan esa sensación de bienestar cotidiano.

En definitiva, Dinamarca se consolida en 2025 como un ejemplo de cómo un país puede combinar estabilidad económica, seguridad, igualdad y un fuerte apoyo del Estado para ofrecer una vida más equilibrada y satisfactoria. Para quienes buscan un lugar donde el trabajo no lo sea todo y la calidad de vida sea una prioridad real, el modelo danés sigue marcando el camino.