El estremecedor caso del hombre que ocultó un cuerpo durante nueve años y mantuvo engañada a la policía
La historia de Sibora Gagani y Marco Gaio Romeo es uno de esos casos que revelan cómo una mentira puede sostenerse durante casi una década. Ella era una joven llena de sueños que buscaba una nueva vida en España; él, un hombre mucho mayor que pronto se convertiría en el responsable de una tragedia que permaneció oculta durante años.

Sibora tenía apenas 18 años cuando conoció a Marco, un italiano de 31, en la localidad de Nettuno, cerca de Roma. Con el paso del tiempo iniciaron una relación que los llevó a mudarse juntos a Torremolinos, en la provincia española de Málaga. La joven trabajaba como camarera y mantenía un contacto constante con su madre, Elisabetta Shahini, que vivía en Italia.
Pero en 2014, las llamadas y mensajes cesaron abruptamente. Su madre intentó comunicarse, sin éxito, y comenzó a sospechar que algo grave había sucedido. Cuando logró hablar con Marco Romeo, él aseguró que Sibora había decidido marcharse, que ya no quería seguir con la relación y que se había mudado sola. Esa versión fue la única que circuló durante años, mientras la familia de la joven no dejaba de buscar respuestas.

Pasaron nueve años sin rastros de ella. Hasta que un nuevo crimen destapó la verdad. En mayo de 2023, Romeo fue detenido tras ser acusado del asesinato de otra mujer, su pareja actual, Paula Martín, de 28 años. El hecho ocurrió también en Torremolinos, donde los vecinos alertaron a la policía por los gritos y las discusiones constantes que provenían del domicilio. Cuando las autoridades ingresaron al lugar, hallaron a la víctima sin vida y al sospechoso fugado.

Pocas horas después, Romeo fue arrestado. En ese momento, mientras permanecía detenido en una comisaría, observó un cartel con fotografías de personas desaparecidas. Entre ellas estaba la de Sibora Gagani. Entonces, según los informes policiales, pronunció una frase que cambió el rumbo de la investigación: “Quiero colaborar, esto me va a perseguir toda la vida”.

El detenido confesó haber asesinado a su exnovia en 2014 y ocultado su cuerpo dentro de una pared de la vivienda donde habían vivido juntos. Explicó que lo colocó en una caja, cubrió la superficie con cal y luego la selló. Tras esas declaraciones, los agentes realizaron un nuevo registro en el departamento, donde efectivamente hallaron restos humanos, un cuchillo y flores marchitas, evidencias que confirmaron sus palabras.

Sin embargo, tiempo después se retractó ante la justicia, negando haber cometido el crimen y asegurando que solo había ayudado a encubrirlo. En una versión alternativa, acusó a supuestos miembros de una “mafia albanesa”, alegando que ellos fueron los responsables del asesinato y que lo obligaron a esconder el cuerpo. Según dijo, aquellos hombres le habrían robado dinero y amenazado con hacerlo desaparecer si hablaba.

El abogado de la familia de Sibora, Juan Manuel Medina, explicó que Romeo sostuvo haber tenido el cadáver en su casa durante dos días antes de emparedarlo. A pesar de sus nuevas declaraciones, los investigadores consideran que todas las pruebas apuntan directamente a él, y que su intento de desviar la atención es parte de una estrategia de defensa.
Mientras tanto, la madre de la víctima asegura que no tiene dudas sobre la culpabilidad de Marco Romeo. “Marco es un monstruo y quiero que me diga quiénes lo ayudaron, porque la pared estaba perfecta y él no sabía construir”, declaró a los medios españoles.
El caso continúa bajo la supervisión del Juzgado de Instrucción Número 3 de Torremolinos, que analiza la posible existencia de más víctimas o cómplices. Si es declarado culpable, Romeo podría enfrentar una pena de hasta 25 años de prisión por los dos homicidios.
Hoy, los restos de Sibora Gagani descansan en Nettuno, su ciudad natal, cerrando un capítulo de dolor que su familia soportó durante casi una década. Su historia recuerda cómo la verdad puede permanecer oculta por años, pero tarde o temprano sale a la luz, incluso cuando se intenta cubrir con cemento y silencio.