El último rugido de Ozzy: su show final emocionó al mundo antes de su partida

Aunque el mundo lo llora hoy, Ozzy Osbourne ya había empezado a despedirse semanas antes con un gesto tan poderoso como conmovedor: un último concierto en su tierra natal, que hoy toma un significado aún más profundo. El legendario líder de Black Sabbath, considerado uno de los padres del heavy metal, se presentó el pasado 5 de julio en Birmingham, en lo que ahora es recordado como su verdadero adiós.

A sus 76 años, el artista británico subió por última vez al escenario en Villa Park, acompañado por sus compañeros originales de banda: Geezer Butler, Tony Iommi y Bill Ward. Ese encuentro fue parte de un evento benéfico titulado Back to the Beginning, que celebraba las raíces del grupo que marcó la historia de la música. Durante el recital, interpretaron cinco canciones que bastaron para desatar la ovación de miles de fanáticos que no sabían que estaban presenciando el final.

Aquel show, en el corazón de Birmingham, fue mucho más que un concierto. Fue un cierre simbólico para la carrera de una figura que revolucionó el rock con su estilo irreverente y su voz inconfundible. Fue también su última voluntad artística, ya que el propio Ozzy había declarado que no volvería a presentarse en vivo, debido a su estado de salud.

En los últimos años, Osbourne luchaba con el mal de Parkinson, diagnóstico que hizo público en 2020. A pesar del deterioro físico, quiso despedirse de los escenarios de la única manera que conocía: frente al público que lo siguió durante décadas, y con su banda de toda la vida. Ese acto de entrega y pasión fue ovacionado no solo por sus fanáticos, sino también por la crítica especializada, que reconoció en aquel momento el cierre perfecto para una carrera legendaria.

El martes, pocos días después de ese emocionante recital, su familia confirmó su fallecimiento a través de un comunicado difundido por medios británicos: “Con una tristeza indescriptible, tenemos que informar que nuestro querido Ozzy Osbourne falleció esta mañana. Estaba con su familia y rodeado de mucho cariño”.

John Michael Osbourne, como fue su nombre real, nació en 1948 en Birmingham y tuvo una vida marcada por contrastes: del trabajo en fábricas y mataderos pasó a llenar estadios como ícono del metal. Primero con Black Sabbath, y luego como solista, forjó una carrera que trascendió generaciones, influenciando a decenas de artistas y redefiniendo el género con su estilo único.

Aunque ya no está físicamente, su último concierto queda grabado como un momento inolvidable, no solo para los fans que estuvieron allí, sino para todo el universo del rock. Fue su forma de decir adiós, de mirar a los ojos al público que lo vio crecer y de cerrar un ciclo con la misma fuerza con la que lo empezó.

Ozzy Osbourne se fue, pero su voz resonará por siempre en los riffs eternos del metal. Y su despedida, con música y emoción, quedará como uno de los momentos más recordados de su legado.