¡Impacto en el mundo del deporte! Las duras sanciones que enfrentó Lia Thomas y el debate que no termina
La polémica en torno a Lia Thomas, la nadadora transgénero que marcó un antes y un después en la natación universitaria de Estados Unidos, vuelve a encender las redes y los foros deportivos. En las últimas semanas, han salido a la luz una serie de decisiones que afectan directamente su historial competitivo, su participación futura en torneos y su presencia en el debate público sobre equidad en el deporte.
Lia Thomas, quien en 2022 hizo historia al convertirse en la primera mujer trans en ganar un título de natación de la NCAA, ahora enfrenta una serie de medidas que han provocado fuertes reacciones tanto a favor como en contra. Según medios estadounidenses, la Universidad de Pensilvania (UPenn), donde Thomas compitió y estudió, habría decidido revocar los títulos y récords que la deportista obtuvo mientras formaba parte de su equipo femenino.
La decisión surge en un contexto de presión política y controversia legal. Reportes indican que este cambio de postura por parte de la universidad formaría parte de un entendimiento con el Departamento de Educación durante la administración anterior, en un intento por preservar financiamiento federal estimado en más de 170 millones de dólares. Esto representa un giro radical respecto a la postura inicial de la institución, que durante años respaldó la participación de Thomas en competencias femeninas.
Además, como parte de este acuerdo, se habrían comprometido a emitir disculpas formales a las otras nadadoras que compitieron contra Thomas y perdieron. Estas cartas, según trascendió, no serán genéricas, sino que deberán estar personalizadas, reconociendo que la competencia no habría sido en condiciones equitativas.
Otra de las consecuencias directas es que Thomas ya no podrá competir en torneos universitarios femeninos organizados por la NCAA. Aunque aún podría hacerlo en divisiones abiertas o masculinas, su acceso a competencias en la categoría femenina ha quedado oficialmente restringido, en línea con nuevas directrices adoptadas por federaciones deportivas y universidades.
Este tipo de medidas no son nuevas para Thomas. En 2022, World Aquatics (antes FINA), entidad encargada de regular la natación a nivel mundial, implementó una política que impide competir en la categoría femenina a atletas que hayan pasado por la pubertad masculina, lo cual descalificó automáticamente a Lia de futuras competencias olímpicas en esa categoría.
El debate detrás de estas decisiones tiene múltiples aristas. Por un lado, se encuentran quienes consideran que la participación de atletas trans en categorías femeninas representa una ventaja injusta, aludiendo a diferencias biológicas surgidas antes de la transición. Por otro lado, defensores de la inclusión argumentan que excluir a estas deportistas es una forma de discriminación y que debería buscarse un equilibrio que respete la identidad de género sin comprometer la competencia justa.
Una de las críticas más frecuentes proviene del hecho de que, antes de su transición, Thomas competía bajo el nombre de William Thomas en la división masculina, donde su rendimiento no destacaba: su mejor posición era alrededor del puesto 554 a nivel nacional. Sin embargo, una vez que comenzó a competir en la categoría femenina, su desempeño mejoró notablemente, lo que generó controversia y atrajo la atención mediática.
El caso de Lia Thomas continúa siendo uno de los más comentados y divisivos en el deporte moderno. Su historia no solo plantea preguntas sobre las reglas del juego, sino también sobre inclusión, equidad y los desafíos que enfrenta la comunidad trans en todos los ámbitos, incluyendo el deportivo. Mientras tanto, las decisiones en torno a su caso siguen resonando en universidades, federaciones y comités olímpicos alrededor del mundo, alimentando un debate que está lejos de concluir.