Leonardo DiCaprio rompe el silencio y revela su último mensaje a Jane Goodall
El mundo de la ciencia y la conservación se viste de luto tras la partida de Jane Goodall, una de las mentes más brillantes y compasivas del planeta. A los 91 años, la reconocida primatóloga y defensora de los animales dejó un legado imposible de medir, marcado por su incansable trabajo en defensa de la naturaleza y los chimpancés. Su fallecimiento, ocurrido el 1 de octubre de 2025 durante una gira de conferencias en California, fue confirmado por el Instituto Jane Goodall, generando una ola de homenajes en todo el mundo.

Entre las muchas voces que expresaron su tristeza y admiración, destacó la del actor Leonardo DiCaprio, quien mantuvo una relación de amistad y colaboración con la científica durante años. El intérprete, reconocido por su compromiso con la causa ambiental, compartió en sus redes sociales un mensaje cargado de emoción en honor a Goodall y recordó cuáles fueron sus últimas palabras hacia ella.
«Jane Goodall dedicó su vida a proteger nuestro planeta y a dar voz a los animales salvajes y a los ecosistemas en los que habitan», escribió el actor. «Su investigación sobre los chimpancés en Tanzania transformó para siempre nuestra comprensión del comportamiento animal y de nuestra conexión con ellos».
DiCaprio añadió: «Durante décadas, Jane recorrió el mundo sin descanso, inspirando a generaciones con su pasión, su energía y su amor por la naturaleza. Nos enseñó que cada individuo puede marcar la diferencia. Inspiró a millones a cuidar, a actuar y a tener esperanza». En su emotivo cierre, el actor expresó: «Mi último mensaje a Jane fue sencillo: “Eres mi heroína”. Ahora nos toca a todos continuar su labor y proteger nuestro hogar común».
La historia de Jane Goodall es la de una mujer que desafió las normas de su tiempo. En 1960, cuando tenía apenas 26 años, viajó desde Inglaterra hasta el corazón de África para estudiar el comportamiento de los chimpancés en el Parque Nacional Gombe, en la actual Tanzania. En aquel entonces, era inusual ver a una mujer joven liderando un proyecto científico de ese calibre, pero su curiosidad y determinación rompieron barreras.
Goodall fue la primera en documentar que los chimpancés utilizan herramientas, una conducta que antes se creía exclusiva de los seres humanos. “Usaban un trozo de hierba para pescar termitas, y luego ramitas a las que quitaban las hojas para el mismo fin”, recordó alguna vez en una entrevista. Este descubrimiento cambió para siempre la manera en que la ciencia entendía la inteligencia animal.

A lo largo de más de seis décadas, Goodall dedicó su vida al estudio del comportamiento animal, la educación ambiental y la defensa de la vida silvestre. En 1977 fundó el Instituto Jane Goodall, una organización que continúa su trabajo en favor de la conservación y la investigación. Su compromiso le valió múltiples reconocimientos, entre ellos el título de Mensajera de la Paz de las Naciones Unidas, un honor que compartió con figuras como Leonardo DiCaprio.
En una entrevista con Parade en 2020, Goodall resumió su misión con una frase que hoy resuena más fuerte que nunca: «Podemos rendirnos o podemos decir: hemos causado mucho daño, pero aún podemos luchar por lo que queda».
Aunque su salud se había visto afectada por la prosopagnosia, una condición que dificulta reconocer rostros familiares, el Instituto Jane Goodall confirmó que falleció por causas naturales, rodeada del respeto y la admiración de toda la comunidad científica y ambientalista.
Su legado no solo se mide en investigaciones o premios, sino en la inspiración que despertó en millones de personas. Apareció en más de 40 documentales, escribió libros, y recientemente había colaborado con DiCaprio en “Howl”, una película que explora la conexión emocional entre un perro y un lobo.
Hoy, el nombre de Jane Goodall continúa siendo sinónimo de esperanza, sabiduría y compasión. Su vida fue una lección sobre la fuerza del amor hacia los animales y la responsabilidad de cuidar el planeta. Y, como dijo DiCaprio, su ejemplo nos recuerda que el cambio empieza por uno mismo. Su historia seguirá inspirando a las generaciones futuras, porque el eco de su voz, al igual que su mensaje, jamás se extinguirá.