Lewis Hamilton se despide entre lágrimas de Roscoe, su inseparable compañero de Fórmula 1

El piloto británico Lewis Hamilton compartió con sus seguidores uno de los momentos más tristes de su vida personal: la muerte de Roscoe, su querido bulldog inglés que lo acompañó durante más de una década en cada paso de su carrera dentro de la Fórmula 1. La noticia fue comunicada a través de un emotivo mensaje en redes sociales, donde el siete veces campeón del mundo describió el dolor de la despedida y el vínculo especial que lo unía a su mascota.

Roscoe no era un perro cualquiera para Hamilton. Durante 12 años, fue su confidente, su apoyo emocional y una presencia constante en los paddocks de los circuitos más importantes del planeta. Quienes siguen al piloto británico recordarán innumerables imágenes del bulldog caminando junto a él antes de una carrera, durmiendo en los motorhomes o posando para fotografías que rápidamente se volvían virales. Incluso contaba con su propia cuenta de Instagram, con más de un millón de seguidores, donde compartía momentos de su día a día y recibía cariño de fanáticos y de otros pilotos de la categoría.

En su mensaje, Hamilton reveló que Roscoe había pasado los últimos días conectado a un soporte vital. “Después de cuatro días de lucha, tuve que tomar la decisión más difícil de mi vida”, escribió el británico, aludiendo al instante en que debió dejarlo ir. Según explicó, el bulldog se mantuvo con fuerza hasta el final, y esa valentía lo conmovió profundamente. “Me siento honrado de haber compartido mi vida con un alma tan hermosa, un ángel y un verdadero amigo”, expresó con emoción.

El campeón también destacó que haber tenido a Roscoe fue una de las mejores decisiones que tomó en su vida, recordando la compañía incondicional que recibió del animal en los momentos de gloria y también en los instantes más difíciles de su trayectoria profesional. “Amar tan profundamente y ser amado de vuelta es una de las experiencias más hermosas de la vida”, reflexionó en su escrito.

Roscoe, además de ser una presencia habitual en el paddock, también se había convertido en una figura muy querida por los seguidores de la Fórmula 1. Muchos lo veían como un símbolo de ternura dentro de un deporte tan competitivo y exigente. Su última aparición pública junto a Hamilton fue en el Gran Premio de Gran Bretaña, en Silverstone, el pasado mes de julio, donde como siempre acaparó miradas y flashes.

Las reacciones en redes sociales no tardaron en llegar. Miles de mensajes de apoyo inundaron las publicaciones de Hamilton, muchos de ellos de fanáticos que habían seguido la vida del bulldog a través de su cuenta de Instagram, e incluso de colegas dentro del automovilismo como Pierre Gasly y Alex Albon, quienes también lo seguían. El cariño expresado por la comunidad del deporte reflejó el impacto que tuvo Roscoe más allá de su papel como mascota: fue una parte visible y entrañable del mundo de la Fórmula 1.

El británico cerró su mensaje agradeciendo todo el amor que los fanáticos le habían mostrado a Roscoe a lo largo de los años. “Murió en mis brazos, el domingo por la tarde”, confesó, conmoviendo a millones de personas que se sintieron identificadas con la experiencia de perder a un animal querido.

La despedida de Hamilton a su inseparable bulldog deja en claro que el vínculo entre humanos y mascotas trasciende cualquier barrera, incluso en un ambiente tan exigente y competitivo como la Fórmula 1. Para el piloto, Roscoe fue mucho más que un compañero de viajes: fue familia, apoyo emocional y una presencia constante que lo acompañó en cada curva y recta de su camino hacia la historia del automovilismo.