Por qué algunas personas fallecen mientras duermen: lo que dice la ciencia
Dormir es una de las funciones más importantes del organismo, ya que permite recuperar energía, reparar tejidos y mantener el equilibrio físico y mental. Pasamos cerca de un tercio de la vida descansando, y en la mayoría de los casos el sueño se asocia con tranquilidad y bienestar. Sin embargo, existen situaciones en las que una persona puede perder la vida mientras duerme, un hecho que genera gran desconcierto y que la medicina ha tratado de comprender a lo largo de los años.
Una de las explicaciones que los especialistas mencionan es la muerte súbita del adulto, un término utilizado para describir la partida inesperada de alguien que, en apariencia, estaba sano. Este fenómeno aún no se comprende del todo, aunque se ha encontrado una relación con trastornos cardíacos que pueden no haber sido detectados previamente, como arritmias o malformaciones en la estructura del corazón. Cuando estos problemas no dan síntomas visibles, es posible que se manifiesten de manera repentina durante el descanso nocturno.
Otro factor que los expertos destacan es la apnea del sueño, un trastorno caracterizado por la interrupción repetida de la respiración durante la noche. Este problema hace que los niveles de oxígeno en sangre disminuyan de forma considerable, lo que pone en tensión al sistema cardiovascular y respiratorio. En personas con condiciones de base, como hipertensión o enfermedades cardíacas, el riesgo se incrementa de manera significativa si no se recibe tratamiento adecuado.
El sueño profundo también puede desempeñar un papel importante. En esta fase, el cuerpo alcanza un estado de relajación máxima. En algunos casos se presentan sueños vívidos o pesadillas intensas, que generan un aumento brusco de la frecuencia cardíaca y la presión arterial. Aunque es poco frecuente, esta reacción fisiológica puede provocar un episodio crítico en personas con predisposición, desencadenando complicaciones que se manifiestan en pleno descanso.
Las enfermedades crónicas son otra de las razones vinculadas con este fenómeno. Patologías como la insuficiencia cardíaca, problemas respiratorios crónicos o alteraciones neurológicas aumentan la vulnerabilidad durante la noche. Estos cuadros limitan la capacidad del organismo para mantener un equilibrio adecuado mientras se duerme, y en algunos casos favorecen la aparición de situaciones graves que pueden resultar fatales.
Es importante subrayar que cada caso es diferente y que la muerte durante el sueño no tiene una única causa. Los especialistas insisten en la necesidad de prestar atención a los síntomas que podrían pasar desapercibidos en la rutina diaria. Ronquidos intensos, pausas en la respiración mientras se duerme, palpitaciones frecuentes o episodios de falta de aire son señales que no deben ignorarse y que ameritan una consulta médica.
La medicina preventiva tiene un papel esencial en este tema. Los controles periódicos, el diagnóstico temprano de trastornos del sueño y la atención adecuada de enfermedades de base pueden reducir considerablemente los riesgos. Además, mantener un estilo de vida saludable, con una alimentación equilibrada, actividad física regular y hábitos de sueño adecuados, contribuye a disminuir la posibilidad de complicaciones nocturnas.
En definitiva, aunque el hecho de que alguien fallezca mientras duerme puede parecer un misterio, la ciencia ha identificado diversos factores que explican este fenómeno. Desde problemas cardíacos no detectados hasta alteraciones respiratorias o condiciones crónicas, las causas suelen estar relacionadas con la salud previa de la persona. Lo fundamental es recordar que el sueño en sí mismo no es peligroso, sino que puede ser el momento en que se manifiestan problemas que ya estaban presentes. Por ello, la prevención y la atención médica resultan claves para garantizar un descanso seguro y reparador.