Revelaciones desde EE. UU. salpican a Jorge Taiana: un exjefe chavista asegura que el régimen venezolano financió al kirchnerismo

Una nueva controversia internacional volvió a colocar en el centro de la escena al kirchnerismo argentino. El testimonio de Hugo Armando Carvajal, exjefe de inteligencia militar de Venezuela durante el gobierno de Hugo Chávez, provocó una fuerte sacudida política al afirmar que el régimen chavista financió campañas electorales en distintos países, incluyendo a la Argentina. En sus declaraciones, mencionó al excanciller y actual candidato Jorge Taiana como una figura clave durante el período en el que se habrían concretado los envíos de fondos.

Carvajal, conocido por su alias “El Pollo”, fue extraditado a Estados Unidos en 2023 tras permanecer más de dos años prófugo en España. Actualmente, colabora con la justicia norteamericana en el marco de una investigación sobre narcotráfico, lavado de dinero y financiamiento político ilegal. En su confesión ante la Corte del Distrito Sur de Nueva York, el exfuncionario admitió haber participado en operaciones del Cartel de los Soles, organización vinculada al tráfico de cocaína hacia América del Norte, y reconoció que parte de esos fondos ilícitos eran desviados a movimientos políticos afines al chavismo.

Según Carvajal, el gobierno venezolano utilizó la petrolera estatal PDVSA como vehículo para canalizar dinero hacia partidos de izquierda de América Latina y Europa. Los recursos se habrían transferido a través de valijas diplomáticas o de vuelos oficiales, coordinados —de acuerdo con su testimonio— por Tareck El Aissami, exministro del Interior y uno de los hombres de mayor confianza de Nicolás Maduro.

Entre los países señalados por Carvajal se encuentran Argentina, Brasil, Bolivia, Colombia y Paraguay, además de naciones europeas como España e Italia. En ese contexto, el exespía mencionó a los Kirchner como receptores de fondos provenientes del régimen chavista durante la década pasada. La parte que más atención generó en Buenos Aires fue la referencia a Jorge Taiana, quien ocupó el cargo de canciller entre 2005 y 2010, período en el cual —según el testimonio— se habría articulado parte de este esquema de financiamiento irregular.

El Gobierno venezolano ha financiado movimientos políticos de izquierda en el mundo durante al menos 15 años”, declaró Carvajal en un documento presentado ante la justicia estadounidense. Además, aseguró contar con documentación y registros logísticos que probarían cómo funcionaban estas operaciones, involucrando cuentas bancarias, embajadas y empresas fachada.

Fuentes judiciales en Nueva York sostienen que la información aportada por el exjefe chavista podría derivar en nuevas investigaciones internacionales sobre la influencia del chavismo en campañas extranjeras y sus vínculos con el narcotráfico internacional. Los fiscales estadounidenses estarían evaluando la posibilidad de compartir parte de los archivos con autoridades de otros países, incluyendo la Justicia argentina, para determinar si existieron transferencias de dinero con fines políticos.

En la Argentina, la noticia generó repercusiones inmediatas en el ámbito político. Mientras algunos dirigentes opositores exigieron una investigación local, allegados a Taiana calificaron la acusación como “una maniobra sin sustento jurídico”. Desde su entorno sostienen que el exministro no tiene ningún vínculo con operaciones de financiamiento irregular y que las declaraciones de Carvajal “carecen de pruebas concretas”.

El caso promete escalar en las próximas semanas, ya que los documentos entregados por el exespía podrían incluir nombres, fechas y rutas financieras que involucrarían a distintos países de la región. Lo cierto es que las revelaciones de Carvajal abren un nuevo capítulo en la relación entre el kirchnerismo y el chavismo, una alianza política que, según su testimonio, también habría tenido un costado económico poco transparente.

En medio de la campaña electoral, las declaraciones del exjefe venezolano agregan tensión y sospechas sobre el panorama político argentino, mientras la justicia estadounidense continúa desentrañando los alcances de un entramado que mezcla poder, dinero y narcotráfico internacional.