¿Sabías que los perros sienten emociones comparables a las de un niño?

Es un hecho que los perros pueden ser tan sensibles como un niño pequeño, algunos estudios se han encargado de determinar ésta teoría que sugiere que éstos fieles animales son similares a los humanos en ese sentido.

Gregory Bens, neurólo de la Universidad de Emory, en Atlanta (Estados Unidos), realizó una investigación en donde participaron numerosos caninos, incluyendo el suyo, y demostró luego de exponer a los animales a un escánner de resonancia magnética que efectivamente, experimentó que los canes tenían la misma sensibilidad que los más pequeños. En ese sentido, durante las pruebas, los animales recibían ciertos estímulos que generaban una actividad cerebral en particular.De acuerdo al estudio, el especialista notó que el aumento de la actividad cerebral en los canes se derivaba de señales estimulantes y la alimentación, incluso de los olores de personas que el animal reconocía.

¿Pueden ser los perros optimistas o pesimistas?

La respuesta es que sí. Al igual que en la mayoría de humanos, cuando un perro se queda mucho tiempo solo en casa, por ejemplo, éste comienza a angustiarse o desesperarse, de hecho lo puede demostrar claramente a través de los ladridos o destruyendo cosas a su alrededor.El profesor Mike Mendi es responsable de otro estudio realizado por la Universidad de Bristol, en Reino Unido, en donde fue capaz de desarrollar un mecanismo para analizar las actitudes optimistas y pesimistas en los peludos. Para ello, se llevó a cabo una prueba con 24 perros que habían ingresado a un refujio del Reino Unido, y fue éste investigador quien interactuó con cada perro en un ambiente aislado durante unos 20 minutos.

Luego, al día siguiente se llevó el perro nuevamente a la misma habitación donde permaneció solo durante un lapso de cinco minutos, donde se aprovechó para capturar un vídeo del comportamiento del animal. Como era de esperarse, el investigador observó que el can tenía una conducta evidente de desesperación a través de ladridos, arañazos en la puerta, etc. Este fenómeno era repetitivo en todos los animales.

Para determinar la respuesta de los animales, los investigadores colocaron un cuenco con comida y otro que estaba vacío, en un lugar determinado de la habitación. Aquellos perros que corrían a esos lugares, esperando la recompensa de la comida, fueron clasificados como relativamente optimistas, mientras que los que no se acercaban al tazón fueron considerados pesimistas.El profesor Mendi, destacó: “Sabemos que los estados emocionales de las personas afectan sus juicios y que las personas felices son más propensas a juzgar una situación ambigua positivamente. Nuestro estudio ha demostrado que esto se aplica igualmente a los perros”.

Por otra parte, dichos resultados indican que actitudes problemáticas por parte de los dueños de mascotas en el ámbito familiar, también puede tener un significado emocional para los perros, a pesar de que no lo estén expresando directamente.

Estos estudios son sumamente importantes y pueden servir para tratar a los perros adecuadamente en función de su bienestar.