Sobrevivió a lo impensado, pero ahora enfrenta algo aún más cruel: la dura historia de Ryder
Con tan solo cinco años, Ryder Wells ya conoce lo que significa enfrentar desafíos que muchos adultos jamás vivirán. Su historia comienza en Carolina del Norte, en el año 2015, cuando apenas tenía 21 meses de vida y fue víctima de un ataque inesperado que cambió su existencia para siempre. Mientras visitaba a su familia durante el fin de semana de Acción de Gracias, dos perros de gran tamaño lo atacaron, dejando secuelas físicas muy profundas.
Contra todo pronóstico médico, Ryder logró sobrevivir. Desde entonces, su vida ha estado marcada por la lucha y la superación constante. Ha tenido que pasar por más de 50 intervenciones quirúrgicas para reconstruir parte de su rostro y reparar los daños sufridos, incluyendo una fractura en el brazo, lesiones dentales graves y una perforación pulmonar. Lo que parecía imposible, se convirtió en una muestra viva de resiliencia.
Sin embargo, a pesar de haber superado un evento tan traumático, lo que más le duele hoy no son las cicatrices, sino las miradas, comentarios y rechazos que enfrenta a diario por parte de quienes no comprenden que la verdadera belleza está más allá de lo visible.
Brittany, su madre, ha compartido cómo incluso al ir al parque, otros niños señalan a Ryder y le gritan palabras dolorosas. En una ocasión, un niño lo llamó “monstruo” antes de huir. En otra, mientras hacían compras, un adulto expresó su desagrado en voz alta al verlo. Situaciones que no solo afectan al pequeño, sino que también quiebran el corazón de su madre, quien ha sido testigo del valor con el que su hijo ha enfrentado cada etapa de su recuperación.
A pesar de todo, Ryder mantiene una actitud positiva. Usa gafas y gorra, a veces baja la cabeza para evitar miradas curiosas, pero nunca deja de sonreír. Su madre lo alienta todos los días recordándole lo importante que es aceptarse y sentirse orgulloso de ser diferente. “Le digo que es guapo, que ser distinto no está mal. Todos somos únicos, y eso es algo que debe celebrarse, no ocultarse”, afirma Brittany.
La historia de este pequeño ha servido como inspiración para hablar sobre un tema muchas veces silenciado: el impacto del acoso y la discriminación hacia personas con diferencias físicas visibles. Brittany ahora busca generar conciencia sobre lo importante que es enseñar a los niños —y también a los adultos— a respetar la diversidad, a mirar más allá del aspecto físico y a actuar con empatía y compasión.
No se trata solo de defender a su hijo, sino de abrir el diálogo para que otros niños como él no se sientan solos, juzgados o avergonzados por algo que no eligieron. Ryder no solo es un sobreviviente, es un ejemplo de fortaleza, de amor propio y de lo que significa seguir adelante con esperanza, incluso cuando el mundo a veces no sabe cómo mirar sin herir.
Su mensaje es claro: todos merecemos ser tratados con respeto y dignidad. Y a través de su historia, muchos están comenzando a ver que la verdadera belleza no necesita filtros, solo un poco de comprensión.