Un hombre muere mientras hacía ejercicio y vuelve a encender la alarma sobre la atención médica en Smart Fit

Lo que debía ser una rutina normal de entrenamiento terminó en tragedia. Un hombre perdió la vida en las instalaciones de un gimnasio Smart Fit en la alcaldía Atizapán de Zaragoza, en la Ciudad de México, en un hecho que ha reavivado las críticas sobre la falta de protocolos médicos adecuados en estos establecimientos. La noticia, difundida por el periodista Carlos Jiménez, ha generado preocupación y debate en redes sociales sobre la seguridad en espacios dedicados al bienestar físico.

El incidente ocurrió en la zona de estiramientos del gimnasio, donde testigos señalan que el hombre colapsó de forma repentina. Aunque las circunstancias exactas del fallecimiento aún están bajo investigación, lo que más ha alarmado a muchos es que no habría recibido atención médica inmediata, lo que podría haber marcado la diferencia en el desenlace de esta historia.

Las autoridades locales confirmaron que elementos de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México se presentaron en el lugar para iniciar las investigaciones correspondientes. Hasta el momento, no se ha revelado la identidad del fallecido, ni se ha informado si hay personas responsables detenidas o sancionadas.

Este hecho no es aislado. La cadena de gimnasios Smart Fit ha sido señalada anteriormente por deficiencias en la atención a emergencias, especialmente en casos donde los usuarios presentan descompensaciones o situaciones críticas de salud durante el ejercicio. Usuarios frecuentes del gimnasio han expresado su preocupación en plataformas digitales, solicitando que se implementen medidas más estrictas, como la presencia permanente de personal médico capacitado o sistemas de respuesta inmediata ante situaciones de riesgo.

En esta ocasión, la falta de una respuesta oportuna ha vuelto a ser el centro de las críticas. Expertos en seguridad deportiva señalan que es fundamental que los gimnasios cuenten con protocolos estandarizados de emergencia, así como equipos de primeros auxilios accesibles y personal entrenado en reanimación cardiopulmonar (RCP).

Hasta ahora, Smart Fit no ha emitido un comunicado oficial respecto a lo sucedido. La ausencia de una declaración institucional ha generado más incertidumbre entre los miembros de la cadena, muchos de los cuales consideran que la empresa debería pronunciarse y detallar las acciones que tomará para evitar que tragedias como esta se repitan.

Por su parte, la Fiscalía continúa recabando pruebas y testimonios que permitan establecer si hubo negligencia o fallas estructurales en los protocolos del gimnasio. Dependiendo de los hallazgos, podrían derivarse consecuencias legales tanto para el personal presente como para los responsables administrativos del centro.

Este triste episodio ha abierto nuevamente la conversación sobre la responsabilidad de los centros deportivos en el cuidado integral de sus usuarios. Más allá del equipamiento moderno o las rutinas guiadas, la seguridad debe ser una prioridad, especialmente cuando se trata de espacios donde el esfuerzo físico puede implicar riesgos para la salud.

El fallecimiento de este hombre no solo deja una familia en duelo, sino también una comunidad preocupada por la falta de garantías en un lugar que debería promover la salud y el bienestar. Queda ahora en manos de las autoridades y de la empresa responder a las exigencias de mayor seguridad, transparencia y, sobre todo, compromiso con la vida de quienes confían en ellos cada día para entrenar y mejorar su salud.