¿Cómo influye lo que comemos en nuestro cuerpo?

Alguna vez te pregustaste ¿Qué pasa en mi cuerpo con lo que como?, ¿está bien como me alimento?, ¿tengo que cambiar mis hábitos, o estoy haciendo las cosas bien?. Si sos de esas personas que se hicieron o hacen estas preguntas alguna vez hoy daremos respuesta.

Con el fin de mantener un cuerpo saludable, en forma y prevenir enfermedades es que se debe realizar cambios de hábitos si aún no lo has realizado. Es así, que el simple hecho de establecer una dieta equilibrada y combinada de diferentes tipos de alimentos son determinantes para una buena salud tanto mental como física.

Aprender a comer sano, equilibrado, rico en nutrientes y económico no es tarea tan sencilla pero solo es cuestión de aprender y tener información de que es lo que tu cuerpo necesita. Como primer regla básica siempre tu dieta o plan de alimentación estará basado acorde a tu talla, peso, estructura y el tipo de actividad física que realices.

En líneas generales y esto no es individual podemos hablar de “el plato del bien comer” y “el plato del mal comer”. El primero de ellos habla del ideal, como deberíamos alimentarnos para estar sanos, aportar los nutrientes necesarios para que nuestros sistemas, aparatos, órganos y células funcionen de manera eficiente y que trae como beneficios:

Beneficios de “el plato del bien comer”

  • Las necesidades de vitaminas, minerales y macronutrientes están satisfechas.
  • Se reduce el riesgo de obesidad, diabetes, hipertensión, síndrome metabólico y otras enfermedades.
  • Se logra un buen estado de salud
  • Aumenta la vitalidad.

Antes de explicar como es y por qué cantidades se conforma cada uno de estos platos con los diferentes tipos de alimento: “el plato del bien comer” y “el plato del mal comer” debemos saber que este modelo se basa en dividir un plato plano en 6 porciones iguales (6 triángulos de igual tamaño). Cada uno de ellos va a corresponder a un grupo de alimentos, y la cantidad en tercios indicada será la ración diaria de cada grupo de alimentos que se deben consumir. Es así que para el “plato del bien comer” en lineamientos generales y básicos diremos que se compone de: 2/6 de frutas y verduras, 2/6 de cereales integrales, 1/6 de legumbres y 1/6 de alimentos de origen animal. Por su parte “el plato del mal comer tiene: 2/6 de alimentos altos en azucares, grasas, sal y harinas refinadas, 1/6 de frutas y verduras, 1/6 de cereales integrales, 2/6 entre legumbres y alimentos de origen animal.

El segundo, “el plato del mal comer”, acarrea en vez de beneficios como mencionamos en el primero, consecuencias en la salud del hombre. Que si bien en ocasiones no se objetivan en el corto plazo ni de manera inmediata, el hecho de sostener este tipo de alimentación como nutrición en tu vida, a mediano y largo plazo puede desencadenar:

Consecuencias de “el plato del mal comer”

  • Aumentar el riesgo de padecer obesidad, diabetes, hipertensión arterial y algunos tipos de cáncer.
  • Aumento de la tendencia a enfermarse por un sistema inmunológico debilitado.
  • Mayor cansancio, sentirse más pesado, con menos vitalidad.
  • No suplir los requerimientos cotidianos de vitaminas, minerales y macronutrientes que tu cuerpo necesita.

Tipos de alimento y nutrición

Carnes: son un grupo de alimento que influyen en  los músculos de nuestro cuerpo. Funcionan por estar formados por proteínas principalmente y para que esta masa muscular se conserve y no se degrade, se debe mantener una dieta balanceada, donde el aporte de proteínas sea adecuado. La manera más fácil de incorporar este macronutriente a nuestro organismo es a través del consumo de carnes rojas. Podemos decir entonces que además de contribuir de manera directa a sostener la masa muscular presente o aquella alcanzada con ejercitación, las carnes son favorecedoras para combatir desarreglos nerviosos. Todo esto es gracias a la presencia de las proteínas, el potasio y la vitamina B12.

Frutas: las frutas actúan a nivel del cerebro y de los dientes. Su contenido en vitamina C, K, potasio, y azucares, tales como la fructosa, que es el azúcar de las frutas, inhiben las hemorragias y favorecen a los dientes y la actividad cerebral.

Pescado: las diversas variedades de pescado son fuentes de ácidos grasos importantes, que difícilmente encontramos en otros alimentos. Estas grasas saludables de las que seguramente has escuchado habar en algunas ocasiones, como lo son el omega 3, 6, y 9, se encuentran presentes en el pescado. Es así que de esta manera el pescado gracias a estos omega y de forma conjunta con las proteínas del mismo, el yodo, selenio y cobre que principalmente encontramos en los mariscos son buenos tanto para el colesterol “bueno” HDL, y para una correcta circulación sanguínea. Son indicados en toda dieta o plan de alimentación nutritivo, equilibrado y saludable.

Frutos secos: los frutos secos, que generalmente se consumen en las colaciones de media mañana o media tarde son un grupo de alimentos muy beneficiosos para la salud del hombre. Actual principalmente a nivel de la piel y el corazón, donde sus funciones son gracias a contener vitaminas y minerales, además de antioxidantes. Mantienen la piel luminosa y ayudan al buen funcionamiento cardíaco con un ritmo del mismo adecuado y estable.

Menestras: actúan a nivel del aparato musculo esquelético, es decir que contribuyen con el mismo gracias a la presencia de compuestos como los son los micronutrientes dados por las vitaminas y minerales entre los que encontramos: vitamina B1, hierro y ácido fólico, contribuyendo además a evitar la presencia de anemia.

Cereales: son fuente de energía inmediata, conteniendo vitaminas B1 y B6, ácido fólico, magnesio, hierro y selenio que estimulan y ayudan a los nervios.

Hortalizas: estas al consumirlas en la dieta regular, y gracias a la presencia o al hecho de ser fuentes de vitamina C, E, K y la provitamina A, el betacaroteno hacen que sean esenciales tanto para la vista como para los vasos sanguíneos.

Huevos: son fuente de colesterol, aportando además vitaminas A,  vitamina B12 y D, que refuerzan tanto el sistema óseo como la piel, el órgano más grande del cuerpo humano.

Lácteos: son un tipo de alimento que tiene la presencia de vitaminas como A, retinol, vitamina B12 y Vitamina D, sumado al fosforo, potasio y yodo ayudan al aparato dermatológico, es decir la piel de nuestro cuerpo favoreciéndola, al mismo tiempo que contribuyen con los huesos del organismo y suman a la prevención de desordenes neurológicos.

Verduras: estos se caracterizan por aportar beneficios tanto para la piel como para el aparato digestivo. En general presentan y son fuente de vitaminas como la vitamina B6 y K, ácido fólico, hierro, magnesio y yodo. Aportan energía y fibra que favorecen el tracto intestinal.

¿Te fue útil toda la información de que pasa en tu cuerpo con los tipos de alimento que consumes?, ¿piensas en cambiar tus hábitos alimenticios?.